Carlos León Ureña, director de Ordenanza Pública de la Defensoría de los Habitantes, fue claro: las municipalidades en Costa Rica están atadas de pies y manos por un modelo centralista que no les da ni recursos ni herramientas para resolver los problemas cotidianos de sus comunidades.
En entrevista con Eco Municipal, León explicó que los gobiernos locales siguen siendo vistos como meros ejecutores de lo que decide el gobierno central, sin capacidad real para tomar decisiones ni presupuesto para hacerlas realidad.
“No se trata solo de transferir competencias, sino de garantizar que vengan con el financiamiento necesario”, advirtió.
La Defensoría ha sido enfática en que se debe fortalecer el régimen municipal, no solo desde lo legal, sino también desde la formación ciudadana.
Según León, es fundamental que las personas conozcan sus derechos y sepan cómo exigirlos.
“Un habitante empoderado, que entiende cómo funciona su municipalidad y cómo puede participar, es clave para una democracia local sana”, agregó.
Otro punto que destacó fue el rol de los Consejos Cantonales de Coordinación Institucional (CCCI), espacios donde las instituciones públicas y el gobierno local deberían sentarse a alinear objetivos y resolver problemas en conjunto.
“Muchos consejos están activos solo en el papel”, lamentó.
León insistió: sin voluntad política desde el Ejecutivo y el Legislativo, la descentralización seguirá siendo una promesa incumplida. Mientras tanto, las comunidades siguen esperando soluciones que podrían gestionarse mejor desde lo local, si tan solo se les diera la oportunidad.