Walter Céspedes, alcalde de Matina, advierte que el sector arrocero se maneja bajo el viejo refrán de burro amarrado contra tigre suelto.
El paralelismo lo justifica en que mientras países productores contra lo que se compite exoneran a sus productores de impuestos y se les cubre con aranceles, aquí más bien se analiza eliminar las pocas protecciones existentes.
“Lamentablemente estamos con la política de sálvense quien pueda, donde el gobierno sigue los lineamientos de los liberales de producir lo más posibles al menor costo, pero sin dar las herramientas para lograr esos bajos costos”, lamentó el líder local de Matina.
En esa línea cuestionó que mientras algunas economías exoneran de impuesto la maquinaria agrícola y le brindan otros incentivos a la actividad, acá no sólo los obligan a pagar tributos por maquinaria e insumos, sino que además los combustibles e intereses más caros.
“A esto hay que sumarle que las ministras de Planificación y de Economía anuncian el interés de eliminar los pocos incentivos que tiene la actividad para dejar a los productos como burro amarrado contra tigre suelto”, advirtió Céspedes.
Justamente por las políticas en contra del productor, el alcalde de Matina, comentó que la actividad ha venido a menos en su cantón por los desincentivos que han aplicado los gobiernos a la actividad.
Actualmente ese cantón del caribe tiene 1.500 hectáreas sembrados del grano, que ayuda no solo en la seguridad alimentaria del país sino en la generación de empleo, destacó Céspedes.