El presidente de la República Carlos Alvarado y el ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, firmaron este miércoles en Casa Presidencial la Ley para mejorar la atención de daños causados por desastres naturales (N.º 9641).
La nueva legislación -que reforma los artículos 15 y 52 de la Ley N.º 8488, Ley Nacional de Emergencias y Prevención del Riesgo, de noviembre de 2005- fortalecerá la atención que la CNE y sus comités puedan brindar en emergencias nacionales sin necesidad de que medie la declaratoria de emergencia.
En nuevo marco legal permitirá además a la CNE y a los comités regionales, municipales y comunales contar con más recursos para la atención de obras de primer impacto en emergencias.
“Con esta ley, las comunidades podrán tener acceso a una mayor cantidad de horas maquinaria para limpieza y atención, al ampliar amplía la contratación de 100 a 300 horas”, comentó Alexander Solís, presidente de la CNE.
Agregó que esto da la posibilidad de incidir en labores de primer impacto que lo que buscan es dar asistencia directa e inmediata, mejorar condiciones de accesibilidad y tránsito, habilitación servicios básicos o proteger la vida de personas.
“El cambio se promueve porque había una limitación para poder asignar activos a los comités de emergencia”, precisó el presidente de la CNE.
Agregó que también faculta a la CNE a ejecutar la entrega de cobijas, alimentación, colchonetas y la adquisición de materiales para rehabilitar los servicios básicos y habilitar albergues, sin necesidad de esperar la declaratoria del Poder Ejecutivo.
Finalmente, se facilita vía ley que las instituciones y la misma CNE puedan asignar en custodia bienes del Estado a los comités de emergencia, disposición que no existía anteriormente. De esta manera, se podrán entregar en préstamo bienes como vehículos, motosierras, y otros que se necesiten para la atención de una emergencia.
Los casos más recientes de atención de fenómenos naturales que ha enfrentado el país son el Huracán Otto (2016) que impactó severamente en cinco cantones, y la tormenta tropical Nate (2017), que causó en agricultura, infraestructura y viviendas en tres cuartas partes de Costa Rica.
