Las transmisiones por redes sociales de las sesiones de toma de posesión de los gobiernos locales, del 1º de mayo, y los funcionarios apoyando desde sus hogares en la logística por medio de herramientas tecnológicas, son muestras de que la cuarta revolución industrial incursionó en el régimen municipal.
Debido a las medidas sanitarias por la pandemia del Coronavirus, los gobiernos locales debieron ideárselas para cumplirle a la democracia y a la ciudadanía al mismo tiempo, a pesar de las medidas de distanciamiento.
Para lograrlo han echado mano a la tecnología y a los nuevos modelos laborales que ofrece la legislación para llevar a los ciudadanos la transmisión de los actos solemnes de la entrada de las nuevas autoridades y seguir funcionando.
Hoy los gobiernos locales implementan el teletrabajo en aquellos puestos que no requieren la presencia en oficina, para mantener sus operaciones y servicios básicos funcionando.
El Internet se ha convertido en una herramienta indispensable que le facilita a los colaboradores seguir trabajando desde sus hogares y a los ciudadanos poder acceder a los servicios.
A su vez, las sesiones de los concejos municipales se siguieron realizando mediante aplicaciones como Zoom y Skype para definir las acciones para atender la emergencia.
También modernizaron sus páginas electrónicas de manera que sus abonados puedan gestionar los servicios en línea e implementaron herramientas para tener un contacto directo con los vecinos para realizar desde consultas básicas hasta especializadas, como el de asistencia sicológica que brinda San José para ayudar a llevar el aislamiento de una mejor manera.
Otra herramienta a la que tienen acceso es a la de reducción de las jornadas laborales, que podrían emplear como alternativa al despido en caso de que los ingresos les dificulte atender los salarios.
Y los resultados positivos que han generado la cuarta generación industrial saltan a la vista. Mientras la población estaba confinada en sus hogares, los servicios municipales se siguieron ofreciendo sin mayor contratiempo.
Además, son de gran beneficio al país; en el tanto se apuesta más fuertemente al teletrabajo se reducen las presas, se ahorra la factura eléctrica y de agua en las instituciones y empresas.
Eso lleva a dar pasos más rápido hacia una sociedad moderna en la que la tecnología contribuya a mejorar la calidad de vida de la población.
Algunas municipalidades avanzan más rápido que otras en esa línea con sistemas de vigilancia por cámaras y analítica, botones de pánico, parqueos con sistemas de sensores manejados desde aplicaciones e Internet público gratuito, con el apoyo de Fonatel.
El desafío está en lograr en que en la nueva normalidad se fortalezcan los servicios mediante el uso de la tecnología cuando se supere la pandemia y no que vuelvan a la antigua realidad.