Ana Matarrita McCalla, vicelcaldesa del cantón de Limón criticó duramente el acto de discriminación sufrido por una niña de cinco años en el cantón de Aserrí y advirtió que siempre alzará su voz para defender los derechos de las personas afrodendientes.
“Esta es una situación que vivimos desde hace muchos años. A la gente le parece gracioso la forma de cómo hablan algunos afro descendientes, se burlan de nuestros rasgos faciales, decir expresiones ofensivas que la gente normalizó, sexualizar del cuerpo de la mujer afro por sus senos y sus caderas, es decir, es toda una deconstrucción social en torno a la cultura y a cómo se nos percibe, desde el aspecto estético hasta nuestras costumbres”, afirmó la lideresa municipal.
Según Matarrita, los señalamientos de una docente hacia una niña por su peinado, demuestra que en Costa Rica hay una severa ignorancia hacia las raíces e historia de la población negra costarricense.
Para la cultura afrodescendiente no es un tema meramente estético. Hay todo un trasfondo histórico de las trenzas, porque la posición, los colores y la forma fueron señales de supervivencia en la época de la esclavitud. Es toda una remembranza a sus ancestros. “Nos hacíamos trenzas y se les hacían a las niñas para trazarles el camino a cómo escapar del opresor”, detalló.
“El tema del cabello en la mujer afrodescendiente indica empoderamiento. Esa manifestación es esencial para que pueda construir una identidad, y, que se la destruyan de primera mano en edad tan temprana, cuando sabemos que los niños son altamente impresionables, eso es muy grave. Sobre todo, para una persona que le gusta su cultura y que le gustan las trenzas y se las hace. Están atacando su memoria histórica de esta persona que tiene todo el derecho a manifestar su cultura”, añadió.
Además, la vicealcaldesa limonense advirtió que el daño causado va más allá de lo evidente: “Para este caso específico hay que señalar varios aspectos que son de muchísimo cuidado: en primer lugar, se violentó el derecho superior a una persona menor de edad y hay que recordar que en cuestión de Derechos Humanos no se cuestiona la percepción de la víctima. O sea, cuando una víctima hace una denuncia, eso no se cuestiona. En este caso hubo una denuncia formal presentada y con testigos. En segundo lugar, es una mujer, es una niña. También es un tema de género. Y, en tercer lugar, el impacto que tiene el que se le cercene el derecho a la manifestación de su cabello”-
Matarrita también fue enfática en el tema de la desinformación en los demás niños. “Hay un grupo de personas menores de edad que recibió esa desinformación de lo que le pasó a su compañera pero que, además, implícito está el mensaje de que Limón es una zona a la que no tienen que ir. Que es una tierra maldita, una zona perdida y terrible. Ese es otro punto grave. Estamos ante el ataque más cruel, más atroz, a una persona mejor de edad, de forma pública en materia de discriminación”.