Gobierno debe ser consecuente con el desarrollo de las zonas costeras de nuestro país

Costa Rica es reconocido internacionalmente por sus esfuerzos de conservación y su liderazgo regional en temas de desarrollo sostenible; según la FAO, en la ultimada década hemos logrado aumentar la cobertura forestal hasta 54% y por si fuera poco, nuestras áreas protegidas se extienden en el 26% del territorio costarricense.

El cantón de Osa es un reflejo de esta vocación nacional siendo uno de los cantones más grandes del país, con casi 2000 km², y contando con el litoral pacífico más extenso, dedica el 77% de su territorio a la conservación y la protección del medio ambiente; El Humedal Nacional Térraba Sierpe, el Parque Nacional Marino Ballena, el Parque Nacional Piedras Blancas, la Reserva Forestal Golfo Dulce y el Parque Nacional Corcovado son símbolos ante el mundo de las exitosas políticas de conservación y desarrollo sostenible que le han permitido a nuestro pequeño país gozar de prestigio y ser un ejemplo para naciones en vías de desarrollo.

Desde la municipalidad de Osa, en la última década hemos impulsado un modelo de desarrollo sostenible con la gente, procurando que esa riqueza natural que Dios nos dio pueda contribuir con el bienestar de nuestros habitantes, convirtiendo la sostenibilidad ambiental, económica y social en ejes fundamentales de toda actividad en torno a nuestros recursos naturales.

Recientemente la Municipalidad de Osa firmó un compromiso para alcanzar la meta de la no comercialización del tiburón, igualmente somos abanderados de una política del NO al plástico de un solo uso en el cantón; Creemos fervientemente en que a través del uso sostenible de los recursos marinos y de la conservación de nuestra riqueza natural, no solamente, estamos contribuyendo con una política de desarrollo sostenible en materia de turismo, sino que también estamos contribuyendo en la conservación de nuestro planeta con acciones que nacen desde el seno de nuestras comunidades con el apoyo del gobierno local.

Las últimas decisiones tomadas por la junta directiva y la presidencia ejecutiva del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), han dejado al descubierto una nefasta política contraria al desarrollo sostenible de las zonas costeras de nuestro país.

Siendo Osa cantón pionero en la transformación de su modelo de aprovechamiento extractivo de la riqueza marina, hacia actividades sostenibles como el avistamiento de ballenas y delfines, no podríamos guardar silencio ante las absurdas, desmedidas y arbitrarias reglas que impone el Incopesca a esta importante actividad turística, que ya desde el 2007 generaba ingresos anuales por más de 3 millones de dólares a la economía nacional y principalmente a las maltratadas comunidades costeras, comunidades que hoy tratan de sobrevivir a la que sin duda es una de las épocas más difíciles de nuestra historia.

En la última década hemos visto con agrado como las redes, los arpones y los anzuelos se convirtieron en cámaras fotográficas, rostros felices logrando atreves de lindas fotografías capturar ballenas y delfines en nuestros mares, generando así todo un encadenamiento de innumerables beneficios tanto para nuestra riqueza natural y marina como para la actividad económica del oseño; son innegables los beneficios que ha generado para nuestra población. Por eso no podemos menos que repudiar a una institución como Incopesca que no ha demostrado ninguna congruencia con los modelos de desarrollo que nuestro país demanda y por el contrario ha mostrado poca efectividad en promover un verdadero desarrollo sostenible de las comunidades costeras de las que falsamente aseveran ser defensores

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