San José en la ruta del futuro

El Gran Área Metropolitana de Costa Rica ha sido devorada por la fuerza centrífuga de una urbanización ausente de dirección planificada.  Este proceso de larga data, ha impactado negativamente a la ciudad de San José, que la convierte a un ritmo muy acelerado, en un lugar de tránsito con serios problemas de vialidad, y en general, de deterioro de la calidad de vida de las personas que la habitan y de quienes la transitan. El precio que deben pagar los costarricenses de la más populosa región del país es muy alto, porque habitan espacios residenciales, laborales y educativos totalmente desconectados entre sí.

En un país altamente centralizado, donde los gobiernos locales tienen potestades limitadas y otras, que a lo largo de la historia se le han cercenado, revertir el impacto negativo de una urbanización que fomenta el desarrollo inmobiliario extendido en el territorio, resulta ser un gran reto.

Pese a la realidad política, desde hace 15 años la Municipalidad de San José viene liderando un proceso de transformación de la ciudad capital, con propuestas dirigidas a la creación de un espacio de convivencia social, económica e intercultural, por medio del desarrollo de una urbanización que facilite el surgimiento de una ciudad compacta, urbanísticamente más densa, inteligente, económicamente pujante, socialmente integrada, culturalmente plural y energéticamente sostenible.

La propuesta inició desde el municipio con el respaldo de un Decreto Presidencial para los cuatro distritos centrales (Catedral, El Carmen, Hospital y Merced) y se basa en la acción coordinada entre instituciones públicas y privadas, con la creación de la Comisión de Repoblamiento y Regeneración Urbana.

En este sentido, uno de los aportes de la Municipalidad consiste en la dotación de incentivos constructivos y fiscales en materia de impuestos a la construcción, permitiendo mayores áreas de cobertura, mayor altura y en general diversificando y favoreciendo los usos mixtos en la zonificación del suelo.

El dato curioso es que, más allá de los incentivos para los cuatro distritos centrales, la mayor parte de los proyectos inmobiliarios desarrollados, se han desplegado en el resto del territorio, especialmente en distritos aledaños a los mencionados, como muestra ineludible de que hay péndulo de retorno hacia la ciudad integrada que se mueve al ritmo de las necesidades de la gente y del mercado.

Evidentemente, en las condiciones actuales, es difícil vivir, estudiar y trabajar en un área metropolitana en la que los desplazamientos toman entre 2 y 3 horas de su vida. El sentido común impone el regreso a la Ciudad. ¿Pero a cuál Ciudad?

En este siglo estamos impulsando la creación de nuevas centralidades urbanas que revitalicen la vida ciudadana en diferentes puntos geográficos de la capital.  Éste es el caso, por ejemplo, del Centro Histórico, — que es la única centralidad que existe en este momento –; pero también lo será el Distrito de Innovación T24 a partir del proyecto detonante Ciudad TEC, en los alrededores del Edificio de la Municipalidad de San José.  Una tercera centralidad, se ubicará en el sector de la Estación al Pacífico cuando contemos con un Tren Eléctrico de Pasajeros del Área Metropolitana, cuya estación central quedará dentro de un nuevo proyecto, denominado Ciudad Gobierno, todo ello articulado con nuestra propuesta de tranvía capitalino.

Pero no debemos esperar para ver el surgimiento de nuevos polos de desarrollo. Los barrios Escalante, Amón y la California ya constituyen ejes fundamentales donde están emergiendo atractivos gastronómicos, recreativos y turísticos, estrechamente vinculados con nuevos emprendimientos en torno a la economía naranja y las tecnologías digitales.

Es también notable el desarrollo de un polo de vivienda para poblaciones de altos ingresos en los alrededores del Parque Metropolitano de la Sabana, sin duda uno de los principales espacios de ocio y recreación de la ciudad. De la mano de ese extraordinario impulso inmobiliario, empiezan a aparecer proyectos habitacionales expresamente dirigidos a las clases medias en distintos puntos de la geografía josefina.

Tenemos la convicción de que la apertura de la ciudad hacia su reconversión económica debe girar en torno a la economía del conocimiento y que la contraparte urbanística integradora y sostenible de esta propuesta debe considerar la participación de todos los sectores sociales, para hacer realidad el concepto de repoblamiento incluyente.

De la experiencia de las ciudades que han avanzado en dicha dirección, hemos aprendido que es absolutamente imprescindible desarrollar una política pública innovadora orientada a evitar los fenómenos de gentrificación que afectan siempre a la población más vulnerable.

Aspiramos a que la Ciudad se proyecte en todo su potencial hacia la construcción de un ecosistema urbanístico, económico, tecnológico y socialmente integrado, sobre la base de quienes hoy día la habitan, aprovechando las ventajas comparativas y competitivas que posee.

La Ciudad de San José tiene características especiales; es la sede de los poderes de la República, concentra los principales servicios bancarios y de salud del país y alberga un parque empresarial donde el 86% de las empresas son medianas y pequeñas. Es el centro neurálgico del transporte metropolitano (urgido de modernización y de convertirse en un verdadero transporte público multimodal) y, como dato no menos importante, cuenta con más del 10% de su territorio destinado a plazas y parques que representan los lugares de encuentro y goce del espacio público al que tienen acceso miles de personas.

El casco central de la ciudad concentra el mercado lineal abierto más grande del país en el que confluyen cientos de negocios y clientes, especialmente provenientes de clases populares, ávidos de resolver sus necesidades de provisión y consumo. La actividad comercial vigorosa de la ciudad capital es el producto de decisiones tomadas hace años por la Alcaldía Municipal orientadas al rescate de espacios para las personas por medio de la peatonalización de importantes vías públicas que, además, sirven de escenario propicio para el ejercicio de la libertad de organización, movilización y expresión colectiva.

El centro histórico josefino se mueve al ritmo de la agitada vida cotidiana de sus habitantes y transeúntes, que tienen acceso a una amplísima agenda cultural que sobrepasa los 200 eventos mensuales públicos y privados, bajo techo y al aire libre, gratuitos y pagados.  San José es el centro de la diversidad de un país que se sabe plural y democrático.

La Ciudad, sus habitantes e instituciones, están haciendo meritorios esfuerzos para que San José sea una capital mucho más democrática y accesible. Cualquier observador que haya recorrido las calles de ciudades con buenas prácticas y logros urbanísticos, será capaz de reconocer con objetividad que los hechos y las ideas en marcha van por el correcto camino de hacer de nuestra querida Ciudad un auténtico y amable destino. Con esa visión de futuro, es que estamos comprometidos  desde la Municipalidad de San José.

  • Por Johnny Araya Monge – Alcalde de San José
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